Aquel maestro que fue Saturnino Calleja, supo instaurar y transmitir a sus herederos un legado literario a través del que revivir la rica materia literaria que el Romanticismo europeo había venido cosechando a lo largo de los siglos precedentes.
Calleja creó y recreó, de forma casi siempre anónima, los motivos de la tradición oral de los grandes clásicos, enriqueciéndolos con las ilustraciones de grandes dibujantes de su tiempo. Esta colección contiene relatos con el más puro estilo de los cuentos maravillosos, poblados de princesas, audaces caballeros de modesta estirpe, brujas y hadas, junto a otros, donde el editor, envuelto en los ropajes del relato, se incluye a sí mismo en el mundo fantástico que él creo.